La cera de los oídos se fabrica en el conducto auditivo externo, donde la piel posee unas glándulas especiales que producen la cera de los oídos. El nombre técnico para esta materia cerosa es cerumen y las funciones de este son:
• Ayudar a mantener los oídos saludables y limpios.
• Evitar que las líneas que recubren los canales auditivos se sequen y agrieten.
• Proteger al oído de la suciedad y repeler el agua, lo cual ayuda a evitar y detener las infecciones.
El oído tiene un sistema natural de autolimpieza que permite que la cera que se va fabricando vaya saliendo poco a
poco hacia el exterior y se elimine. La mejor manera de limpiar el oído es dejar que actúe este proceso natural de limpieza.
A medida de que hablamos, masticamos y movemos la mandíbula, la cera junto con las células de la piel se mueven lentamente desde el tímpano hasta el orificio del oído, donde usualmente se secan y caen. El cerumen por lo general no causa problemas, pero si se produce en exceso puede causar un bloqueo que puede de la audición. Limpiar de forma incorrecta nuestro oído puede provocar lesiones que pueden ir desde un simple tapón, hasta infecciones,
perforaciones u otro tipo de lesiones, por eso y para evitar lesiones es recomendable:
• Limpiar suavemente el conducto auditivo externo (oreja) 2 ó 3 veces por semana.
• Para limpiarse el oído basta con mojarse el oído en la ducha y limpiar la zona más externa de la oreja con una gasa o una toalla fina.
• Es muy importante no introducir nunca copitos ni otros objetos en los oídos.
• Visitar a su Otorrinolaringólogo al menos una vez al año o si nota una pérdida en su capacidad auditiva.
En OIR , Unidad de Audiología estamos atentos del cuidado de sus oídos, dando solución a diversos problemas auditivos, desde la prevención y el tratamiento oportuno y eficaz de los mismos.